7 Motivos Por Los Que Los Hombres Salen Con Un Tipo De Mujer, Pero Se Casan Con Otra

De seguro supiste de alguna relación larga que terminó después de mucho tiempo, y luego el hombre le pidió matrimonio “a la primera que se le cruzó”. Es algo que se repite, pero siempre sorprende, y plantea una pregunta realmente lógica: ¿por qué una mujer no recibiría una propuesta de matrimonio incluso de pasar años junto al hombre, mientras que otra se convierte en esposa casi al día después de conocerse?

Quizás alguna lógica haya detrás de este comportamiento masculino, y la intentamos desenmarañar a continuación.


La mujer ideal no existe: la clave es estar junto al hombre en el momento adecuado

No es que los hombres se casen cuando conocen al “amor de su vida”, sino que lo hacen cuando están listos para formar una familia. Una usuaria de Twitter le pidió a los hombres que opinaran al respecto y, casi por unanimidad, los caballeros admitieron que todos tenían una relación de la que se arrepentían terminar, no obstante esto no les impidió casarse cuando una candidata adecuada llegó a sus vidas.

Otra situación popular que incentiva el matrimonio es cuando la mujer que el hombre intentaba conquistar se casa con otra persona. Cuando esto sucede, ya no hay más esperanzas para el hombre y, si la soledad se torna insoportable, el joven elegirá entre las opciones disponibles. Los hombres no están esperando a conocer a “la indicada”, así que quien llegue en el momento preciso podrá recibir una propuesta de matrimonio.

La mejor edad para empezar una familia es entre los 28 y los 32 años, dicen los estudios, porque luego las posibilidades de que un hombre quiera casarse disminuirán hasta desaparecer a los 42.


Las familias no se sustentan en el atractivo físico

Estudios demuestran que las parejas en que la mujer es más atractiva que el hombre son más felices. Pero, como explicó John T. Molloy (autor de “Por qué los hombres se casan con ciertas mujeres y no con otras”), es importante que la apariencia de la mujer no sea vulgar. Molloy le pidió a más de 3.500 hombres que describieran a sus novias, y sólo el 20% usó adjetivos relacionados a su apariencia (hermosa, sexy, atractiva). El 80% restante, por su parte, habló de su carácter y personalidad destacando puntos como la higiene personal. La opinión general era que una mujer debería verse de forma que no sea vergonzoso presentarse con ella en ninguna arte.


Amigos y padres pueden influir en la decisión

Por más independiente que se vea un hombre, la elección de su pareja se verá afectada por la opinión de sus cercanos. Mientras los amigos juegan un papel clave en la etapa del noviazgo (su opinión puede acelerar el enamoramiento), la aprobación de los padres será decisiva a la hora de proponer matrimonio. no por nada cuando la imagen de la nuera que los padres tenían no coincide con la chica que su hijo les presenta, los problemas aparecen.


Probablemente el hombre está seguro de que la mujer es feliz con sólo “ser novios”

Esto puede deberse a que las mujeres también suelen fingir que todo está bien y que “no quieren” casarse. Si eso es cierto, entonces no hay problema. Pero de no serlo, el hombre jamás adivinará que ella espera que dé el siguiente paso.

Aunque los hombres no saben leer entre líneas, son expertos en sacar conclusiones. Por ello, cuando la paciencia de la mujer explote y se vaya de su lado, el hombre analizará la situación y, cuando conozca a una mujer que no tenga miedo de decir lo que quiere, él no tardará en proponerle matrimonio para que no lo abandonen como antes.

Los psicólogos argumentan que las parejas sin peleas al comienzo de una relación no tienen futuro, y que la clave está en dejar de avergonzarse por expresar su opinión de forma abierta. Aquellas mujeres que refieren silenciar lo que opinan son las que se quedan sin un anillo, pues el 73% de las mujeres casadas admitieron “presionar” al hombre para casarse sin esperar que él tomara la iniciativa.


La unión libre reduce a la mitad la posibilidad de casarse

La idea de vivir juntos antes del matrimonio puede lograr que, ejem, no haya matrimonio. La mayoría de los hombres se propone en los primeros 22 meses de romance. Luego, esa posibilidad se reduce en un 20%. Después de 3 años, esa cifra aumenta al 50% y, tras 7 años de relación, la probabilidad de matrimonio es casi cero.

Todo va en una diferencia de percepción: las mujeres piensan que la convivencia es el primer paso del matrimonio, pero los hombres olvidan la necesidad de registrar una relación formalmente porque “ya tiene una familia” contigo.


Hay mujeres convenientes para un período, pero no para el futuro

A veces los hombres quieren casarse, pero sólo luego de lograr ciertas metas (ser promovido de trabajo, comprar un departamento, una casa en la playa o el campo, etc). No quiere estar solo en aquel período mientras alcanza sus metas, y por ello busca alguien que lo apoye. Pero sólo por ese tiempo.

Es una mujer “conveniente”, que no le exija mucho y siempre lista para ceder. Como no le causa emoción ni deseo de probarse a sí mismo, no es la indicada para la vida que él sueña. Son chicas adorables que no causan adicción, como las de carácter fuerte. Cuando un hombre se vuelve exitoso, se quiere mantener concentrado. Para ello, necesitará ser estimulado y desafiado de forma constante, obligándolo a hacer más para sí mismo y su amada.


No cualquier relación termina en una boda

Desde pequeñas a las niñas les dicen que cualquier niño que le presta atención es “su novio”, muchas veces en tono de burla. Y a medida que avanza la edad se torna más grave, pues la chica cree que si la relación es larga el final puede ser un solo: la formación de una familia. Pero los hombres no son criados de esta forma.

Obvio que es una pena despedirse del tiempo que pasaron juntos y que invirtieron en su relación, e incluso podrías intentar retenerle. no obstante, tendrías que vivir con la idea de que él no está a tu lado por voluntad propia.

Es muy difícil que un hombre renuncie a sus objetivos cuando está seguro de lo que quiere, por lo que si quiere casarse es poco probable que pierda el tiempo o evite conversaciones serias. No es que existan los solteros convencidos, sino que existe las mujeres con las que los hombres no se quiere casar. Pero ninguno lo diría en voz alta.