Anciano Lleva A Su Perro A Hospital. El Doctor Ve Sus Ojos Y Hace Algo Por Él

“Miré al anciano y estaba a punto de decirle que aquí atendíamos a seres humanos, pero él me desarmó cuando me preguntó cuánto iba a costar la consulta” dijo el médico.

A diario vemos tragedias en el mundo, pero las cosas buenas parecen no hacer tanto ruido. Sin embargo algunos hechos nos hacen recuperar la fe en la humanidad  y nos hacen pensar en un mejor futuro.

Un anciano de Huejotzingo, México, un pobre pueblo rural, llegó al hospital de su localidad y la historia de lo que ocurre después ya está dando vuelta en las redes sociales pues en ella queda demostrado que hay personas dispuestas a ayudar a los más vulnerables aún en situaciones impensadas.

 

El anciano llego desesperado al hospital de Huejotzingo en Puebla para pedirle ayuda al doctor internista que allí se encontraba. El doctor le preguntó que tenía, pero en ese momento la historia daría un giro increíble.

El anciano le dijo al médico:

Tiene diarrea, está desguansado y no quiere comer. Apenas toma agua, se queja bajito y está muy tristito” 

El doctor pensó que hablaba de algún niño, por lo que le sugirió llevarlo a pediatría preguntando

“¿Y dónde está el enfermo?” 

El anciano sólo atinó a mostrarle una bolsa a sus pies. El doctor miró asustado pensando que podía ser un bebé lo que había allí, pero se encontró a un perro en un muy mal estado.

“Pasaron muchas ideas por mi cabeza… Estábamos en Huejotzingo, un medio semirrural o casi urbano, como lo quieran ver. Los perros andan por las calles; a veces comen a veces no; están escuálidos, descuidados; pocos son vacunados; viven en los patios y deambulan por las calles; pernoctan en la casa de quien consideran su dueño o del último que les dio de comer o de plano en la calle, en donde menos se sienta el frío o caiga menos lluvia.

Suspiré. Miré a los ojos al anciano y estaba a punto de decirle que este era un hospital de salubridad, que atendíamos a seres humanos, a personas, no a animales, para eso estaban los hospitales y clínicas veterinarias, pero él me dejó desarmado cuando me preguntó cuánto iba a costar la consulta“ narró el médico.

El médico, vio los ojos desesperados del anciano que cargó a su perro en una bolsa de harina hasta el hospital para ayudarlo. El humilde hombre quería pagar la consulta a pesar de tener muy pocos recursos como la mayoría de la gente del pueblo.

El médico internista llamó a dos de sus colegas para que lo ayudaran a revisar al perro, a pesarlo y a darle los medicamentos necesarios para su recuperación.

El perro que era apenas un cachorro estaba deshidratado por lo que le dieron agua y electrolitos.

El anciano se mostró emocionado y los médicos le dijeron que no dudara en traer a su perro de nuevo si lo necesitaba. Al final no le cobraron la atención y el anciano partió emocionado y feliz.

“Muchas veces no tienes ni que salvar una o más vidas para sentirte bien con lo que haces. La vida siempre te lo regresa con esa sensación de satisfacción y paz. Ya no volvimos a ver a Palomo, como lo llamaba el anciano, pero pensando en ese día estoy seguro de que él hizo más por nosotros que nosotros por él, como pasa en este y otros casos similares” finalizó el doctor.

Una situación inspiradora y emocionante. Definitivamente el mundo necesita más ancianos como el de esta historia y más médicos que no duden en brindarle ayuda.