Timo Arnstadt, un alemán de 45 años, fue presentado a Cíntia Araújo, una brasileña de 39 años, a través de un amigo en común, un pastor local. Luego, comenzaron a comunicarse en línea y encontraron que tenían mucho en común, además de que ambos trabajaban en Kenia.
“El primer día, sin conocernos, hablamos durante dos horas”
Cíntia Aráujo
A los 20 días de comunicación en línea decidieron casarse a través de una videoconferencia, ya que no podían encontrarse en persona debido a la pandemia.
Para conocerse mejor, ambos dejaban sus cámaras prendidas durante 24 horas para estar constantemente juntos, como si vivieran en la misma casa. Luego de un mes, Tim le propuso matrimonio a Cíntia y ella inmediatamente aceptó.
La ceremonia nupcial, realizada en línea, fue presenciada por los familiares de los novios.
“Sé que no todos se casarían con una persona a la que ni siquiera vieron en persona. Mis amigos me dijeron que estaba loco. Les expliqué que me enamoré de ella porque Cíntia tiene la actitud y la personalidad correctas, además de ser hermosa. Tenemos lo mismos planes. Todo lo que sé de ella me basta”.
Timo Arnstadt
Cuatro días después de la boda virtual, se encontraron en el aeropuerto de la ciudad brasileña de Sao Paulo e intercambiaron anillos.
