Criar A Un Hijo Sola Es Una Dura Pero Maravillosa Experiencia

Criar a un hijo en soledad no es para nadie el fin del mundo. Son muchos los padres y madres que así lo quieren, otros en cambio, afrontan este reto tras experimentar el abandono de la pareja o incluso la pérdida física de la persona amada. Sea el caso que sea, criar a un niño siendo soltero/a es una experiencia compleja, pero puede convertirse en lo mejor de nuestras vidas.

Es cierto que hasta no hace mucho tener un hijo cola y afrontar su crianza del mismo modo era muy mal visto, pero hoy las cosas han cambiado bastante. Hay quienes así lo eligen, quien no desea esa educación compartida y quien busca vivir la experiencia sin pareja. Es una opción respetable que cada vez vemos con más frecuencia.

Por otro lado, quizás en mayor número, están quienes han sufrido el abandono de quien hasta no hacía mucho, lo era todo, quien nos prometió amor eterno y eterna complicidad hasta que llegó el embarazo. Momento ante el cual, solo los valientes y quienes entienden de responsabilidad y de amor sabio y digno, lo afrontan, y no por obligación sino por sentido de deseo, ilusión y felicidad.

Sea como sea, hoy queremos hablar sobre las estrategias que pueden ayudarte en el día a día y con las cuales logras algo que ya sabes, ser más fuerte de lo que pareces y vivir la que va a ser la mejor etapa de tu vida.

La verdad sobre criar a un hijo en soledad es simple: es algo duro. Es posible que los demás vean a una mujer valiente, una mamá que siempre viste una sonrisa en el rostro cuando lleva a su niño de aquí para allá pero en su interior pasan muchas cosas, muchísimos pensamientos y sensaciones en las que reflexionar a continuación.

El miedo de no poder con todo

La mamá que cría a su hijo en soledad da lo mejor de sí misma al bebé o esos pequeños. Se siente feliz al verlos descansar plácidamente en sus camas, pero cuando ella lo hace, cuando ella se acuesta, es común que se despierte más de una vez con una sensación de ahogo en el pecho.

La ansiedad y el miedo están ahí, piensa en no poder con todo, si la despiden en el trabajo qué hace, si tiene que pedirles ayuda a sus padres otra vez, si alguno de sus hijos enferma nuevamente qué le dirán en el trabajo. Esos pensamientos son normales, no son miedos irracionales, son temores reales que la mamá que cría sola a sus hijos tendrá más de una vez. Sin embargo, cada día es nuevo y en cada jornada consigues cosas increíbles.

La obligación de ser madre y padre a la vez

Este es un error muy común que pueden llegar a cometer muchas madres y padres que crían a sus hijos en soledad, pensar que deben cumplir los dos roles al mismo tiempo. Hay que dejar algo en claro, ya lo son todo para sus hijos, no hay necesidad de ejercer el clásico rol de papá que sanciona y que va a trabajar, y de la mamá que se quede en casa, que es cálida y afectuosa. Hay que aceptar que tanto hombres como mujeres podemos llevar a cabo todas esas acciones.

Se puede ser los confidentes, sus guías, quienes le pongan límites, quienes les digan que está bien y que está mal, ser su fuente de amor principal, en definitiva, ser todo.

La mamá que cría sola también necesita vida social

Aquellas madres que crían sola a su hijo corre el riesgo de centrar toda su atención, sentidos, pensamientos y preocupaciones sobre ese niño hasta el punto de olvidarse de sí misma. Hay que tener mucho cuidado con este enfoque, porque si no nos atendemos, si no disponemos de pequeños instantes de relax, de vida social podemos acabar desarrollando una depresión.

Permite que tu familia te ayude, descansa de vez en cuando, acepta el apoyo de los tuyos. Dispón de una buena red de amigas, personas con las que favorecer un adecuado deshago emocional, con las que reír, hacer alguna escapada, compartir vivencias.

A su vez, tampoco temas conocer a otras personas, a posibles parejas. Ser madre soltera no te excluye del mercado afectivo, puedes amar de nuevo si así lo deseas.

La figura del padre ausente y cómo hablarlo con los hijos

Tarde o temprano nuestro hijo preguntará por el padre ausente o la mamá ausente. Por su bien y por su adecuado desarrollo emocional, es conveniente no transmitirle un odio afiliado hacia esa figura, ni tampoco caer en la idealización.

Los niños necesitan sinceridad y ante todo que se le transmita esa calma emocional donde no se desarrollen odios tempranos o ideas infundadas. Transmite madurez y equilibrio, enseña al niño que hacen un buen equipo, que están bien siendo dos.

Ser padre o madre soltera no resulta muy fácil y cada día es un reto y un desafío, pero la unión que establecemos con nuestros niños es maravillosa, y eso es algo de lo que te debes enorgullecer cada día; de estar haciéndolo sensacional.