El 3º Iceberg Más Grande De La Historia Se Está Alejando De La Antártida

A causa de una grieta en la barrera de hielo Larsen C de la Antártida, a principios de julio de este año se desprendió del continente un icebreg que pesa un billón de toneladas, el tercero mayor registrado en la historia. Este enorme trozo de hielo, denominado iceberg A-68, mide 5.8000 kilómetros cuadrados, se desprendió tras una brecha que comenzó a formarse en 2014.

Las imágenes satelitales capturadas y publicadas por la NASA el 1 de noviembre en su cuenta de Twitter, muestran detalles del iceberg A-68 a medida que se desplaza desde la Antártida, donde podría permanecer en mar abierto durante años.

 

Kathryn Hanse, una de la científicas de la NASA que sobrevoló el iceberg, detalló a Daily Mail que “sabía que iba a ver un iceberg del tamaño de Delaware, pero no estaba preparada para verlo desde el aire”. 

 

Desde el momento en que se desprendió, los expertos han estado siguiendo el destino del enorme bloque y llegaron a la conclusión de que si la distancia entre el continente y la masa de agua congelada sigue aumentando, es posible que la plataforma de hielo colapse.

 

Los expertos aseguran que el nivel del mar se mantendrá estable y lo explican usando un ejemplo: “Sucede lo mismo que con un cubito de hielo en una copa de gin-tonic, ya está flotando y si se derrite no cambia el volumen del agua en el vaso”, informa el periódico científico N+1.

 

El agua del océano es ahora claramente visivle en la brecha de aproximadamente cinco kilómetros entre el iceberg y la plataforma de hielo. Además se ha formado un grupo de 10 icebergs de menor tamaño, el más grande de los cuales supera los 13 km. de largo.

 

El investigador Simon Gascoin, del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, publicó un pequeño clip de las imágenes en Twitter. Se puede apreciar la evolución del icerberg A-68 luego de desprenderse del continente.

La preocupación sobre este enorme bloque de hielo es que se rompa en pedazos más pequeños y se desvíe hacia las vías de navegación. De esta manera si fueran muy pequeños para rastrearlos por satélite, podrían representar un gran riesgo para los buques.