“Nos Daban Drogas Para ‘Abrir Las Piernas'”: Exnovia De Hugh Hefner Describe La Vida Playboy

Se suele decir que nuestros actos hablan por nosotros, y seguramente sea verdad. Lo que decimos tiene efecto importante, pero si la palabra no es seguida por la acción no vale nada.

Si hay alguien que vivió sin pudor alguno, ese fue Hugh Hefner, dueño de la Mansión Playboy. Él era muy abierto con lo que se refiere a sus relaciones y el trabajo que hacía ahí adentro no era un secreto.

Sin embargo, lo que es muy criticado en el mundo es el uso de drogas, conseguidas ilegalmente o recetadas por médicos, pero usadas fuera de la prescripción debida..

Hugh Hefner and Sondra Theodore attend Hugh Hefner’s Special 25th Anniversary Party on January 10, 1978 at New York New York Disco in New York City. (Photo by Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)

Sondra Theodore, una exnovia de Hugh Hefner que en algún momento fue portada de la revista Playboy, contó que dentro de la mansión se repartían diversas drogas. Aseguró que Hefner mentía porque decía que no se usaban, pero las “conejitas” las consumían habitualmente.

“Fingió que no estaba involucrado en ningún uso de drogas duras en la mansión, pero eso era solo una mentira”, contó la mujer en el nuevo documental de A&E.

Según contó la exmodelo, consumían metacualona, un hipnótico que sedaba y generaba somnolencia. Este es un fármaco declarado ilegal en Estados Unidos en 1980.

Esta sustancia era usada por los hombres de la mansión, incluyendo a Hefner, para armar orgías haciendo que las conejitas tuvieran relaciones aún cuando estas no fueran consensuadas.

Estas declaraciones se suman a las de otra exnovia más actual de Hefner, que contó que el magnate le ofrecía lo mismo que le dio a las otras modelos en el pasado, aunque a ella no le gustara consumir.

LOS ANGELES – NOV 17: Hugh Hefner poses for a photo on Nov 17 2005 in Los Angeles, California. (Photo by Dan Tuffs/Getty Images)

Según contó, esos estupefacientes eran llamados “abridores de piernas” por Hefner y los otros hombres de la mansión y, pese a su ilegalidad, otras mujeres las consumieron también.

La mujer no sabía cómo conseguían las drogas y cuenta que no la pasaban muy bien con ella, e inclusive revela que muchas conejitas la consumían por presión y sin saber de qué se trataba. Muchas veces se arrepentía de lo que había ocurrido el día anterior, pero estaba obligado a aceptarlo porque era el estilo de vida de las conejitas.

Otro ejemplo de que no todo lo que brilla es oro, y que seguramente muchas querían estar en la Mansión Playboy sin saber todo lo que sufrían las mujeres que ya estaban adentro.