Por Qué Se Originan Los Acrocordones Y Cómo Eliminarlos

Los acrocordones generalmente se confunden con lunares o verrugas ya que se ven como protuberancias delicadamente unidas al cuerpo, pero en realidad son pápulas pediculadas muy pequeñas con una textura muy blanda y que sobresalen de la piel.

Suelen encontrarse en las zonas en donde la piel es más gruesa y en donde puede haber fricción como en el cuello, el antebrazo, los párpados, las axilas, la ingle, entre otras.

Los acrocordones solo son fibromas inofensivos, es decir benignos, pero para algunos son incómodos o antiestéticos. Por eso existen algunos remedios caseros y naturales que te ayudarán a deshacerte de ellos sin dolor ni problemas.

 

Vinagre de manzana

  • Lava la piel de la zona afectada con agua tibia y jabón.
  • Humedece un algodón en vinagre de manzana y separa un poco más el acrocordón del cuerpo con mucho cuidado.
  • El vinagre además ayudará a secar la herida.
  • Venda la zona y deja que actúe toda la noche.
  • Repite el mismo procedimiento al otro día y verás cómo el acrocordón caerá solo.
  • Por ningún motivo lo arranques con un un tirón.

 

Aceite de orégano

  • Mezcla 4 gotas de aceite de orégano con 8 gotas de aceite de coco.
  • Con un hisopo aplícalo sobre el acrocordón.
  • Repítelo 3 veces al día por un mes aproximadamente.
  • Si ves que el aceite reseca tu piel, visita a un dermatólogo.

 

Aceite de ricino

  • Mezcla una cucharada de aceite de ricino con media cucharada de levadura en polvo y crea una sustancia pastosa.
  • Úntalo sobre el acrocordón y tápalo para que actúe toda la noche.
  • Repite el procedimiento por 2 semanas y elimina el problema.

 

Aceite de árbol de té

  • Humedece un algodón con aceite de árbol de té para limpiar el área afectada.
  • Repítelo tres veces al día durante dos o tres semanas.
  • Esto deshidratará la piel en donde se encuentra el acrocordón y lo eliminará.
  • Si la zona se irrita o no reacciona bien, suspende el tratamiento porque este aceite es muy fuerte.

 

Jugo de limón

  • Exprime un limón
  • humedece un algodón en este líquido y pásalo sobre el acrocordón.
  • Repite tres veces al día para que se desprenda.

Recuerda que los acrocordones son benignos, por lo que no representan ningún problema para tu salud.