Salvó A 250 Soldados Y Se Convirtió En La Perrita Heroína De La 2ª Guerra Mundial

Un regimiento del Cuerpo Aéreo del Ejército de Estados Unidos estaba en Nueva Guinea en marzo de 1944, durante la II Guerra Mundial cuando de pronto se encontraron con una pequeña perrita Yorkshire Terrier en pleno campo de batalla.

Estaba muy desnutrida y el cabo que la encontró decidió venderla ya que no le veía otra utilidad.

Pero el cabo Bill Wynne quien era cercano a los perros, decidió que cuidaría a la perrita. Le pagó a su compañero por la perrita y la llamó Smoky.

Bill y Smoky sobrevivieron ataques aéreos tifones y decenas de misiones durante un año y medio. Wynne la entrenó y la perra poco a poco formó parte del escuadrón, pero no como una simple mascota.

Lo que convirtió a Smoky en una heroína fue un día en que necesitaban urgentemente pasar líneas telefónicas a través de una tubería subterránea mientras los alemanes los atacaban y destruyeron las comunicaciones. Pero la tubería tenía solo 20 centímetros de diámetro y la única forma de restablecer la comunicación era pasar un cable de por la tubería de un lado a otro.

El escuadrón decidió que la mejor solución sería que Smoky hiciera el trabajo.

Le ataron un cable a su collar y Wynne la llamó desde el otro extremo de la tubería para que cruzara. Smoky logró restablecer la comunicación y se le atribuyó el salvamiento de 250 personas por esa labor.

Smoky y Wynne siguieron juntos por varios años más, pero Bill contraje la fiebre del dengue y debió ser internado en el hospital para cuidados intensivos. Luego de unos días llevaron a Smoky para que pudiera ver a su amigo.

Las enfermeras se maravillaron por el efecto que tenía Smoky en Wynne, por lo que le preguntaron si podían llevarla a ver a otros pacientes. En ese momento la perra se convirtió en una de las primeros animales de terapia del mundo.

Dormía con Wynne durante las noches, pero en el día las enfermeras la llevaban a ver a otros pacientes.

Wynne se mejoró pero Smoky siguió visitando hospitales para ver a los enfermos. Doctores y enfermeras notaron los efectos positivos que tenía la perra con los pacientes, por lo que de a poco comenzaron a llevar más animales para que les hicieran compañía a los veteranos de guerra.

Smoky fue perro de terapia hasta el año 1955 y dos años después falleció, cuando tenía 14 años.

Su trabajo fue tan reconocido que incluso hoy hay una estatua en Cleveland en su honor.