Socotra: La Isla De Las Especies Perdidas

Existen algunos lugares en el mundo que nos hacen creer que estamos en otro planeta, desiertos de sal o cañones que parecen más de Marte que de la Tierra. Pero de todos ellos seguramente la isla de Socotra es, sin lugar a dudas, el más extraño de todos, siempre rodeado de leyendas e historias mágicas.

Es una isla de apenas 132 km. de longitud y 50 km. de anchura que se encuentra en el océano índico y ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad. Lo particular de este lugar es que por haber estado aislado, se han desarrollado en ella especies muy peculiares que no pueden encontrarse en ningún otro lugar.

Todo en esta isla es único, comenzando por su idioma, el socotrí, el cual hablan sus 40 mi habitantes aproximadamente. Pero lo más llama la atención es su inusual flora y fauna.

Esta isla cuenta con 700 especies de flora únicas en el mundo y otras tantas de fauna salvaje que la hacen el lugar más anómalo de todo el mundo. Algunos la llaman “La Galápagos del Índico”, ya que al igual que las islas Galápagos del Pacífico, Socotra se ha mantenido aislada del resto del mundo por mucho tiempo y esto ha llevado al desarrollo de formas de vida únicas.

Se encuentra a unos 350 km. al sureste de Yemen, país al que pertenece, y está frente a frente con las costas del Cuerno de África, el lugar donde se cree que se originó la especie humana. Se trata sin duda de un lugar singular e increíble que debe ser protegido.

Entre las especies más extrañas, se encuentran “el árbol de sangre de dragón” (Dracaena cinnabari), que tiene savia roja como la sangre y cuya forma recuerda a un paraguas, o el “árbol pepino” (Dendrosicyos socotrana), que puebla los acantilados y colinas.

Las playas son cristalinas, la temperatura del agua ronda los 25 grados y la arena es blanca. Por desgracia, no todo es perfecto en este pequeño Edén del océano índico.

Los cerca de 40 mil habitantes subsisten principalmente de la pesca, la agricultura y la ganadería. Sin embargo, la presencia de las cabras, una especie introducida a la isla por su valor comercial, representa un riesgo para la vegetación ya que les permite pastar libremente por todo el territorio. Además, el cambio climático también se asoma como una posible amenaza para el equilibrio.

Por último, la presencia de turistas se ha intensificado desde 1999, cuando se inauguró un aeropuerto que incrementó el flujo de personas hacia la isla. Los lugareños han tratado durante siglos de vivir en equilibrio con el ambiente de la isla, y muchos temen que estos factores externos podrían debilitar el orden establecido.

A pesar de las amenazas, la isla de Socotra sigue siendo un sitio de ensueño. El problema es que eso mismo lo vuelve muy atractivo para los turistas, que no siempre son todos respetuosos con el medio ambiente y la cultura del lugar.

Solo el tiempo dirá si los programas de ecoturismo y la tradición de los lugareños podrán aguantar el desafío y resistir, como siempre lo han hecho.