Su Hijo Nació Con Síndrome De Arlequín, Debe Lijar Su Piel Y Darle Dolorosos Baños Para Que Sobreviva

El síndrome de arlequín es un problema genético muy extraño que se presenta desde el nacimiento, ya que la piel es cubierta por grandes y gruesas escamas.

Un pequeño de 1 años de edad, Jamison, padece de esta enfermedad que afecta a 1 de cada 500 mil nacimientos. Pero no se trata de solo un problema estético, sino que las escamas poco a poco van afectando la movilidad y pueden incluso causar problemas respiratorios.

Bebé nació con una enfermedad cutánea dolorosa, que necesita baños de lejía.
Está sobreviviendo a pesar de las probabilidades.
Jamison, 1, el hijo de Alice Barber nació con ictiosis Harlequin, una rara mutación genética que significa que su piel está cubierta con escamas duras.

Alice Barber, la madre del bebé, quedó infértil debido a una endometriosis, pero luego de realizarse una cirugía para remover el exceso de tejido cicatricial pudo cumplir su sueño de ser madre.

Al principio esperaba gemelos y ella estaba muy feliz, pero uno de los fetos fue absorbido en el embarazo, así que solo le quedaba Jamison. Pero lamentablemente en el mes número 7 de embarazo le diagnosticaron al pequeño el síndrome.

“Nunca había oído hablar de la ictiosis Harlequin antes de que el médico me llevara aparte y me mostrara un libro de texto con imágenes de bebés con esta afección”.

– Alice Barber

La madre se traumatizó y los médicos le recomendaron dar término al embarazo debido a la compleja enfermedad.

Alice se demoró mucho en decidir si seguir o no con el embarazo, por lo que, aún sin haber decidido, ya era demasiado tarde para interrumpirlo.

“Fue aterrador, no sabía lo que iba a pasar con él y el parto también fue bastante traumático”.

– Alice Barber

El parto se realizó de emergencia por cesárea y Alice se complicó durante la operación, por lo que recibió cuatro infusiones de sangre. Cuando salió el pequeño fue directamente ingresado a la UCI.

Alicia Barber, de Washington, baña a su hijo de 1 año con lejía dos veces por semana para tratar una rara enfermedad de la piel.  Recomiendan los médicos que bañen al bebé en lejía para evitar infecciones.  Sin embargo, debido a dicho baño, tuvo que administrarle morfina al niño.
Según los médicos este sería como la mayoría de los casos en que nacen sin vida o mueren a los pocos días, pero en el momento en que su madre lo escuchó llorar por primera vez supo que lucharía por su vida. Hoy Jamison ya cumple su primer año de vida, a pesar de que la probabilidad de sobrevivir luego de nacer es del 2%.
Pero el desafío para estos bebés no es solo nacer con vida sino que afrontar su rutina diaria que implica dos baños de 45 minutos, frotamientos con papel de lija y dos baños semanales con cloro, un proceso totalmente traumático tanto para el bebé como para sus padres.

“Es doloroso para él, así que está tomando morfina. Es aterrador porque tiene problemas respiratorios y (la morfina) puede ralentizar las cosas y hacer que adormezca.

Se traga accidentalmente el blanqueador cuando lo derramo sobre su cabeza y ocasionalmente le entra en los ojos. Es algo que temo porque está sufriendo. Llora y yo lloro mucho”.

– Alice Barber

La enfermedad no tiene cura, pero sus padres no se dan por vencidos, recientemente hicieron una campaña para reunir fondos y asistir a una conferencia, ya que creen que es importante conocer familias que viven lo mismo que ellos, además de especialistas en el tema.